LA PAZ
"La paz es uno de los bienes más preciosos
para las personas, para los pueblos y para los Estados".
"En este tiempo amenazado por la violencia,
por el odio y por la guerra, testimoniad que Él y sólo Él puede dar la verdadera paz al corazón del hombre, a las familias
y a los pueblos de la tierra. Esforzaos por buscar y promover la paz, la justicia y la fraternidad. Y no olvidéis la palabra
del Evangelio: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios". (Mt 5,9).
"La paz y la violencia germinan en
el corazón del hombre, sobre el cual sólo Dios tiene poder".
"La violencia jamás resuelve los conflictos,
ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas".
"¡Hombres y mujeres del tercer milenio!
Dejadme que os repita: ¡abrid el corazón a Cristo crucificado y resucitado, que viene ofreciendo la paz! Donde entra Cristo
resucitado, con Él entra la verdadera paz".
"Que nadie se haga ilusiones de que
la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada
de equidad , verdad, justicia, y solidaridad".
"La verdadera reconciliación entre
hombres enfrentados y enemistados solo es posible, si se dejan reconciliar al mismo tiempo con Dios".
"No hay paz sin justicia, no hay justicia
sin perdón".
"El diálogo, basado en sólidas
leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad".
"Hay que alentar con firme determinación
el camino del diálogo y de la mutua comprensión en el respeto de las diferencias, de forma que la auténtica paz pueda lograrse
y tenga lugar el encuentro entre los pueblos en un contexto de solidario acuerdo".
"La auténtica religión no apoya el
terrorismo y la violencia, sino que busca promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana".
"La guerra es siempre una derrota
de la humanidad".
"La violencia y las armas no pueden
resolver nunca los problemas de los hombres".
"La verdad y la solidaridad son dos
elementos claves que permiten a los profesionales de los medios de comunicación convertirse en promotores de la paz".
"Los invito a cada uno a comprometerse
cada día en el seguimiento de Cristo para rechazar la violencia, que es un camino sin futuro, y para construir una paz duradera
fundada en la justicia y el respeto de las personas".
"El derecho internacional, el diálogo
leal, la solidaridad entre los Estados, el ejercicio tan noble de la diplomacia son los medios dignos de los hombres y de
las naciones para superar sus contiendas".
"Valorar los recursos humanos endógenos
significa garantizar el equilibrio sanitario y, en definitiva, contribuir a la paz del mundo entero".
"Es un deber para los creyentes, cualquiera
sea su religión, proclamar que nunca podremos ser felices unos contra otros; nunca el futuro de la humanidad podrá ser asegurado
con el terrorismo y la lógica de la guerra".
"Los creyentes de todas las religiones,
junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir
la paz".
"Nosotros los cristianos, en particular,
estamos llamados a ser centinelas de la paz, en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos pide que vigilemos
para que las conciencias no cedan a la tentación del egoísmo, de la mentira y de la violencia".
"No habrá paz en la tierra mientras
perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen".
"Pero para que tengan lugar los cambios
estructurales deseados, no son suficientes iniciativas e intervenciones externas; se requiere ante todo una conversión conjunta
de los corazones al amor".
"Elevemos nuestras oraciones al Señor
para que el amor venza al odio y para que la paz, la justicia y la solidaridad crezcan en todos los rincones del mundo, en
el espíritu del Evangelio".
"Es todavía más urgente proclamar,
con voz decidida, que sólo la paz es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria".
"Hasta que quienes ocupan puestos
de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus
pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz".
"La paz, se realiza respetando el
orden internacional y el derecho internacional, que deben ser las prioridades de todos aquellos que tienen a su cargo el destino
de las Naciones".
"La
paz exige cuatro
condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y
libertad".
"La
verdad, erá fundamento de la paz cuando cada individuo
tome conciencia rectamente, más que de los propios derechos,
también de los propios deberes con los otros".
"La
justicia, edificará la paz cuando cada uno respete concretamente los derechos ajenos y se esfuerce por cumplir plenamente los mismos deberes con los demás".
"El amor será fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades de los demás como propias y comparta con ellos lo que posee, empezando por los valores
del espíritu".
"La libertad,
alimentará la paz y la hará fructificar cuando, en la elección de los medios para alcanzarla, los individuos se guíen por
la razón y asuman con valentía la responsabilidad
de las propias acciones".
LA VIRGEN MARÍA
"El
anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el
Hijo cumplirá su misión, es decir en la incomprensión y en el dolor". Madre del Redentor #16
"El dogma de la maternidad divina
de María fue para el Concilio de Éfeso y es para la Iglesia como
un sello del dogma de la Encarnación en la que el Verbo
asume realmente en la unidad de su persona la naturaleza humana sin anularla". Madre del Redentor #4
"María es ‘llena de gracia’,
porque la
Encarnación del Verbo, la unión hipostática
del Hijo de Dios con la naturaleza humana, se realiza y cumple precisamente en ella". Madre del Redentor #9
"El ir al encuentro de las necesidades
del hombre significa, al mismo tiempo, su introducción en le radio de acción de la misión mesiánica y del poder salvífico
de Cristo. Por consiguiente, se da una mediación: María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones,
indigencias y sufrimientos. Se pone "en medio", o sea se hace mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de
madre, consciente de que como tal puede -mas bien "tiene el derecho de"- hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres".
Madre del Redentor #21
"La Madre de Cristo se presenta ante los hombres como portavoz de la voluntad del Hijo, indicadora de aquellas
exigencias que deben cumplirse para que pueda manifestarse el poder salvífico del Mesías". Madre del Redentor #21
"En Cana, merced a la intercesión
de María y a la obediencia de los criados, Jesús da comienzo a su hora". Madre del Redentor #21
"En Cana María aparece como la cree
en Jesús; su fe provoca la primera "señal" y contribuye a suscitar la fe de los discípulos". Madre del Redentor #21
"La misión maternal de María hacia
los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino mas bien muestra su eficacia. Esta
función materna brota, según el beneplácito de Dios, de la superabundancia de los méritos de Cristo... de ella depende totalmente
y de la misma saca toda su virtud". Madre del Redentor #22
"Esta nueva maternidad de María, engendrada
por la fe, es fruto del `nuevo' amor, que maduro en ella definitivamente junto a la Cruz, por medio de su participación en el amor redentor del Hijo". Madre del Redentor #23
"Nos has dado a tu Madre como nuestra
para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre".
"Durante el reciente viaje a Polonia,
me dirigí a la Virgen María con estas palabras:
"Madre santísima, (...) obtén también para mí las fuerzas del cuerpo y del espíritu, para que pueda cumplir hasta el fin la
misión que me ha encomendado el Resucitado. En ti pongo todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el
destino de la
Iglesia; (...) en ti confío y te declaro
una vez más: Totus tuus, Maria! Totus tuus! Amén". (Homilía en el santuario de Kalwaria Zebrzydowska, 19 de agosto de 2002.
"Danos tus ojos, María, para descifrar
el misterio que se oculta tras la fragilidad de los miembros del Hijo. Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda
raza y cultura".
"María, ayúdanos a ser testigos creíbles
de su mensaje de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos contrastes
e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la
paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón".
"Que la Virgen, co-participante
íntima en el designio de salvación, nos acompañe en el camino de la pasión y de la cruz hasta el sepulcro vacío para encontrar
a su Hijo divino resucitado. Entremos en el clima espiritual del Triduo Santo, dejándonos guiar por Ella".
LA ORACIÓN
"Es hora de redescubrir, queridos hermanos
y hermanas, el valor de la oración, su fuerza misteriosa, su capacidad de volvernos a conducir a Dios y de introducirnos en
la verdad radical del ser humano".
"Cuando un hombre ora, se coloca ante
Dios, ante un Tú, un Tú divino, y comprende al mismo tiempo la íntima verdad de su propio yo: Tú divino, yo humano, ser personal
creado a imagen de Dios".
"En nuestras noches físicas y morales,
si tú estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación".
"Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia
y de perdón, que apague los sentimientos de odio en el ánimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y
guíe los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la comprensión recíproca, de la solidaridad y la reconciliación".
"Hoy se exalta con frecuencia el placer,
el egoísmo, o incluso la inmoralidad, en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. La pureza de corazón, como toda
virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso
a Dios en la oración".
"En los momentos de angustia y de
«pesadilla mortal», la oración, acompañada por el compromiso de hacer la voluntad de Dios, devuelve el auténtico gusto por
la vida".
:: EL ROSARIO
"En su sencillez y profundidad, sigue
siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad".
"El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en
la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como
un compendio".
"Con él, el pueblo cristiano aprende
de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor".
"Mediante el Rosario,
el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor".
"Esta oración ha tenido un puesto
importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes".
"El Rosario me ha acompañado en los
momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo".
"Hace veinticuatro años, el 29 de
octubre de 1978, dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro,
como abriendo mi alma, me expresé así: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez
y en su profundidad”. [...]
"Hoy, al inicio del vigésimo quinto
año de servicio como Sucesor de Pedro, quiero hacer lo mismo. Cuántas gracias he recibido de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años: Magnificat anima mea Dominum! Deseo
elevar mi agradecimiento al Señor con las palabras de su Madre Santísima, bajo cuya protección he puesto mi ministerio petrino:
Totus tuus!".
"El Rosario, comprendido en su pleno
significado, conduce al corazón mismo del vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda espiritual y pedagógica,
para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización".
"...el motivo más importante para
volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en los fieles
la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que he propuesto en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte como verdadera y propia pedagogía de la santidad: es necesario un cristianismo
que se distinga ante todo en el arte de la oración".
"No se puede, pues, recitar el Rosario
sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz, con una particular atención a la tierra de Jesús, aún
ahora tan atormentada y tan querida por el corazón cristiano".
"En el marco de una pastoral familiar
más amplia, fomentar el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de
esta crisis actua"l.
"Numerosos signos muestran cómo la Santísima Virgen ejerce también hoy, precisamente a través de esta oración, aquella solicitud
materna para con todos los hijos de la Iglesia que
el Redentor, poco antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!". (Jn 19,
26).
"María vive mirando a Cristo y tiene
en cuenta cada una de sus palabras:
«Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón » (Lc 2, 19; cf. 2, 51).
Los recuerdos de Jesús, impresos en su alma, la han acompañado en todo momento, llevándola a recorrer con el pensamiento los
distintos episodios de su vida junto al Hijo. Han sido aquellos recuerdos los que han constituido, en cierto sentido, el 'rosario'
que Ella ha recitado constantemente en los días de su vida terrenal".
"Cuando recita el Rosario, la comunidad
cristiana está en sintonía con el recuerdo y con la mirada de María".
"...como subrayó Pablo VI: Sin contemplación,
el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir
la advertencia de Jesús: "Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad".
(Mt 6, 7).
"Recorrer con María las escenas del
Rosario es como ir a la escuela de María para leer a Cristo, para penetrar sus secretos, para entender su mensaje".
"...esto dice el Beato Bartolomé Longo:
Como dos amigos, frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús
y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, y formando juntos una misma vida
de comunión, podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender de estos eminentes ejemplos
el vivir humilde, pobre, escondido, paciente y perfecto".
"El Rosario nos transporta místicamente
junto a María, dedicada a seguir el crecimiento humano de Cristo en la casa de Nazaret. Eso le permite educarnos y modelarnos
con la misma diligencia, hasta que Cristo «sea formado» plenamente en nosotros". (cf. Ga 4, 19)
"El Rosario promueve este ideal, ofreciendo
el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo el camino
de María".
"En el testimonio ya citado de 1978
sobre el Rosario como mi oración predilecta, expresé un concepto sobre el que deseo volver. Dije entonces que el simple rezo
del Rosario marca el ritmo de la vida humana".
"...no es difícil profundizar en esta
consideración antropológica del Rosario. Quien contempla a Cristo recorriendo las etapas de su vida, descubre también en Él
la verdad sobre el hombre".
"Meditar con el Rosario significa
poner nuestros afanes en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre".
"...sí, verdaderamente el Rosario
« marca el ritmo de la vida humana », para armonizarla con el ritmo de la vida divina, en gozosa comunión con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra existencia".
:: VIDA CONSAGRADA
"La entrega total y la fidelidad permanente
al Amor constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo. Os pido una renovada fidelidad, que haga más encendido el
amor a Cristo, más sacrificada y alegre vuestra entrega, más humilde vuestro servicio".
"La necesidad de este testimonio público
constituye una llamada constante a la conversión interna, a la rectitud y santidad de vida de cada religiosa".
"La Profesión religiosa coloca en el corazón de cada uno y cada una de vosotros, queridos Hermanos y Hermanas,
el amor del Padre; aquel amor que hay en el corazón de Jesucristo, Redentor del mundo. Este es un amor que abarca al mundo
y todo lo que en el viene del Padre y que al mismo tiempo tiende a vencer en el mundo todo lo que «no viene del Padre". (Redemptionis
Donum, 9)
"La entrega total y la fidelidad permanente
al Amor constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo".
"Os pido una renovada fidelidad, que
haga mas encendido el amor a Cristo, mas sacrificada y alegre vuestra entrega, mas humilde vuestro servicio".
"La necesidad de este testimonio público
constituye una llamada constante a la conversión interior, a la rectitud y santidad de vida de cada religiosa".
"El consagrado es el que afirma y
vive en sí mismo el señorío absoluto de Dios, que quiere ser todo en todos".
"Esta entrega nuestra traspaso de
propiedad, nos marcó con una señal particular, que pasó a ser nuestra identidad".
::
FE Y RAZÓN
"La fe y la razón (Fides et ratio)
son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el
corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda
alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo". (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2).
Carta
encíclica Fides et Ratio Sobre las relaciones entre Fe y Razón. 14 de septiembre de 1998
:: CONCILIO VATICANO II
Después
de su conclusión, el Concilio no ha cesado de inspirar la vida de la Iglesia. En 1985 quise señalar: "Para mí, que tuve la gracia especial de participar y colaborar activamente en su desenvolvimiento,
el Vaticano II ha sido siempre, y es de modo particular en estos años de mi pontificado, el punto de referencia constante
de toda mi acción pastoral, con el compromiso responsable de traducir sus directrices en aplicación concreta y fiel, a nivel
de cada Iglesia y de toda la Iglesia. Hay que acudir incesantemente
a esa fuente". Juan Pablo II, Homilía del 25 de enero de 1985, cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 3 de
febrero de 1985, p. 12).
Después de la clausura del Sínodo,
hice mío ese deseo, al considerar que respondía "realmente a las necesidades de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares" (5). Juan Pablo II, Discurso en la sesión de clausura
de la
II Asamblea general extraordinaria del Sínodo
de los obispos, 7 de diciembre de 1985; AAS 78 (1986), p. 435; cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 15 de
diciembre de 1985, p. 11.
:: EL ARTE
"El que crea da el ser mismo, saca
alguna cosa de la nada —ex nihilo sui et subiecti, se dice en latín— y esto, en sentido estricto, es el modo de
proceder exclusivo del Omnipotente. El artífice, por el contrario, utiliza algo ya existente, dándole forma y significado".
"En la « creación artística » el hombre
se revela más que nunca « imagen de Dios » y lleva a cabo esta tarea ante todo plasmando la estupenda « materia » de la propia
humanidad y, después, ejerciendo un dominio creativo sobre el universo que le rodea".
"El Artista divino, con admirable
condescendencia, trasmite al artista humano un destello de su sabiduría trascendente, llamándolo a compartir su potencia creadora".
"...el artista, cuanto más consciente
es de su «don», tanto más se siente movido a mirar hacia sí mismo y hacia toda la creación con ojos capaces de contemplar
y de agradecer, elevando a Dios su himno de alabanza. Sólo así puede comprenderse a fondo a sí mismo, su propia vocación y
misión".
"No todos están llamados a ser artistas
en el sentido específico de la palabra. Sin embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de
ser artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra".
"...el artista, cuando realiza una
obra maestra, no sólo da vida a su obra, sino que por medio de ella, en cierto modo, descubre también su propia personalidad.
En el arte encuentra una dimensión nueva y un canal extraordinario de expresión para su crecimiento espiritual. Por medio
de las obras realizadas, el artista habla y se comunica con los otros".
"Las obras de arte hablan de sus autores,
introducen en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribución que ofrecen a la historia de la cultura”.
"El artista vive una relación peculiar
con la belleza. En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocación a la que el Creador le llama con el don
del talento artístico".
"Quien percibe en sí mismo esta especie
de destello divino que es la vocación artística —de poeta, escritor, pintor, escultor, arquitecto, músico, actor, etc.—
advierte al mismo tiempo la obligación de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prójimo
y de toda la humanidad".
"Un artista consciente de todo ello
sabe también que ha de trabajar sin dejarse llevar por la búsqueda de la gloria banal o la avidez de una fácil popularidad,
y menos aún por la ambición de posibles ganancias personales".
"La auténtica intuición artística
va más allá de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido".
"Todos los artistas tienen en común
la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante
de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo
un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu".
"El verdadero artista está dispuesto
a reconocer su limitación y hacer suyas las palabras del apóstol Pablo, según el cual Dios no habita en santuarios fabricados
por manos humanas, de modo que no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados
por el arte y el ingenio humano". (Hch 17, 24.29).
"...el arte, incluso más allá de sus
expresiones más típicamente religiosas, cuando es auténtico, tiene una íntima afinidad con el mundo de la fe, de modo que,
hasta en las condiciones de mayor desapego de la cultura respecto a la Iglesia, precisamente el arte continúa siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa".
"La Iglesia, pues, tiene necesidad del arte".
"En contacto con las obras de arte,
la humanidad de todos los tiempos —también la de hoy— espera ser iluminada sobre el propio rumbo y el propio destino".
"Queridos artistas, sabéis muy bien
que hay muchos estímulos, interiores y exteriores, que pueden inspirar vuestro talento. No obstante, en toda inspiración auténtica
hay una cierta vibración de aquel «soplo» con el que el Espíritu creador impregnaba desde el principio la obra de la creación".
"La belleza es clave del misterio
y llamada a lo trascendente".
::
LA
EUCARISTÍA
"Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión
y donación de todo lo que eres".
"Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días,
llenándolos de confiada esperanza".
"Con razón ha proclamado el Concilio
Vaticano II que el Sacrificio eucarístico es fuente y cima de toda la vida cristiana".
"La sagrada Eucaristía, en efecto,
contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es
decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo".
"Estoy agradecido al Señor Jesús que
me permitió repetir en aquel mismo lugar, obedeciendo su mandato haced esto en conmemoración mía (Lc 22, 19), las palabras
pronunciadas por Él hace dos mil años".
"Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial".
"La «fracción del pan» evoca la Eucaristía.
Después de dos mil años seguimos reproduciendo
aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos
en la celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo,
durante la Última Cena y después de ella".
"Cuando se celebra la Eucaristía ante la tumba de Jesús, en Jerusalén, se retorna de modo casi tangible
a su « hora », la hora de la cruz y de la glorificación. A aquel lugar y a aquella hora vuelve espiritualmente todo presbítero
que celebra la
Santa Misa, junto con la comunidad cristiana
que participa en ella".
"Contemplar el rostro de Cristo, y
contemplarlo con María, es el « programa » que he indicado a la Iglesia en el alba del tercer milenio, invitándola a remar mar adentro en las aguas de la historia con el entusiasmo de la
nueva evangelización".
"Contemplar a Cristo implica saber
reconocerle dondequiera que Él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el Sacramento vivo de su cuerpo
y de su sangre".
"La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada. La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz». Cada vez que
la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de
los dos discípulos de Emaús: Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron". (Lc 24, 31).
"Verdaderamente la Eucaristía es «mysterium fidei», misterio que supera nuestro pensamiento
y puede ser acogido sólo en la fe". (n. 15).
"La Eucaristía es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento". (N.
16).
"La Eucaristía es tensión hacia la meta, pregustar el gozo pleno prometido por Cristo".
(N. 18).
"La Eucaristía, «es, en cierto sentido, anticipación del Paraíso y «prenda de la gloria
futura» [...] Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía no
tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura, que
abarcará al hombre en su totalidad". (N. 18).
"La Eucaristía es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra".
(N. 19).
"Es un rayo de gloria de la Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz
sobre nuestro camino". (N. 19).
"La Eucaristía es la fuente y, al mismo tiempo, la cumbre de toda la evangelización,
puesto que su objetivo es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo". (N. 22).
"La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante
ella fuera de la
Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia". (N. 25).
"Si la Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor,
reitero que la Eucaristía es la principal y central
razón de ser del sacramento del sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía y a la vez que ella". (N. 31)
"Puesto que la Eucaristía es misterio de fe, que supera de tal manera nuestro entendimiento que
nos obliga al más puro abandono a la palabra de Dios, nadie como María puede ser apoyo y guía en una actitud como ésta". (N.
54).
::
SANTIDAD
"Hoy más que nunca la Iglesia necesita sacerdotes santos cuyo ejemplo diario de conversión inspire en
los demás el deseo de buscar la santidad a la que está llamado todo el pueblo de Dios".
"La santidad de los nuevos beatos
nos estimula a que nosotros busquemos también la perfección evangélica, poniendo en práctica todas las palabras de Jesús".
"La vocación del cristiano es la santidad,
en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también
en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte".
::
NAVIDAD
"María lo contempla, lo acaricia y
lo arropa, interrogándose sobre el sentido de los prodigios que rodean el misterio de la Navidad".
"La Navidad, misterio de alegría. Alegría, incluso estando lejos de casa, la pobreza del pesebre, la indiferencia
del pueblo, la hostilidad del poder. Misterio de alegría a pesar de todo. De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán
apagarla".
"La Liturgia del Adviento, empapada de constantes alusiones a la espera gozosa del Mesías, nos ayuda a comprender
en plenitud el valor y el significado del misterio de la Navidad".
"La Navidad, no se trata sólo de conmemorar el acontecimiento histórico, que hace más de dos mil años tuvo
lugar en una pequeña aldea de Judea. Es necesario comprender más bien que toda nuestra vida debe ser un «adviento», una espera
vigilante de la venida definitiva de Cristo".
::
LA IGLESIA
"La Iglesia indica por mandato del Redentor el camino para el bien espiritual y humano, camino de reconciliación
y de penitencia, mediante la conversión personal y la solidaridad con el prójimo".
"La Iglesia se prepara a contemplar extasiada el misterio de la Encarnación. El evangelio narra la concepción y el nacimiento de Jesús, y refiere las muchas circunstancias providenciales
que precedieron y rodearon un acontecimiento tan prodigioso: el anuncio del ángel a María, el nacimiento del Bautista, el
coro de los ángeles en Belén, la venida de los Magos de Oriente, las visiones de san José. Son todos signos y testimonios
que subrayan la divinidad de este Niño. En Belén nace el Emmanuel, el Dios con nosotros".
"La Iglesia nos ofrece, en la liturgia de estos días, tres singulares «guías», que nos indican las actitudes
que hay que asumir para salir al encuentro de este divino «huésped» de la humanidad. Ante todo, Isaías, el profeta de la consolación
y de la esperanza, proclama un auténtico evangelio para el pueblo de Israel, esclavo en Babilonia, y exhorta a mantenerse
vigilantes en la oración para reconocer los «signos» de la venida del Mesías. Después aparece Juan el Bautista, precursor
del Mesías, que se presenta como «voz del que clama en el desierto», proclamando «un bautismo de conversión para perdón de
los pecados» (Cf. Marcos 1, 4). Es la única condición para reconocer al Mesías ya presente en el mundo. Por último, está María
que, en esta novena de preparación a la Navidad, nos
guía hacia Belén. María es la mujer del «sí» que, a diferencia de Eva, hace propio y sin reservas el proyecto de Dios. Se
convierte de este modo en una luz clara para nuestros pasos y el modelo más elevado de inspiración".
"La enseñanza social de la Iglesia ofrece orientaciones para la promoción de los derechos humanos, para la
tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para una
economía al servicio del hombre, para un nuevo orden internacional que garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable
hacia la creación".
::
CONVERSIÓN
"Promover una espiritualidad de la
comunión., exige ante todo una radical conversión a Cristo, una dócil apertura a la acción de su Espíritu Santo y una acogida
sincera de los hermanos".
"Vestirse de Cristo, conlleva ponerle
en el centro de la vida personal y comunitaria; en el centro de las actividades didácticas y de toda otra forma de apostolado".
"El compromiso social de los cristianos
laicos se puede nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso sólo desde una profunda espiritualidad, esto es, desde una vida de
íntima unión con Jesús".
"Tenemos que comprender
que nuestro bien más grande es la unión de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial, pues sólo así podemos
recibir todo su amor, que nos lleva a la salvación y a la plenitud de la vida".